El Alcazar de los Condestables de Medina de Pomar.

Fotografía de Isidro Gil.


 El castillo...así lo llamábamos de pequeños mientras nos internábamos en sus entrañas, jugueteando en las tardes de verano, subiendo por esa espléndida escalera de caracol medio derruida ya en su día hasta llegar a lo más alto que podíamos.

Pero poco o nada sabíamos entonces de D. Pedro Fernández de Velasco, quien comenzó su construcción en 1369, siglo XIV, cuando se "popularizaron" este tipo de construcción militar...más o menos. Porque ni por trazado ni por distribución parece que fue en momento alguno fortaleza, podemos incluso decir que tiene más pinta de cárcel que de "palacio".

No voy a escribir su historia, porque todos la sabemos ya, me centro hoy en su construcción, y por qué me da por ahí os preguntareis, o no. Sencillo. Lo he visitado mil veces antes de su "rehabilitación" y no precisamente porque lo que se exponga dentro tenga el más mínimo interés para mí, sus piedras, su estructura, eso es lo que me interesa, y, creedme cuando digo, que me dan ganas de llorar al ver como está. no me malinterpretéis, estoy encantada de que se haya salvado este magnífico emblema de Medina, creo que es poco de lo que se ha salvado, me parece un gran esfuerzo el que se ha invertido en mantenerlo erguido y no dejarlo caer, como estaba ocurriendo y como ha ocurrido con gran parte de los edificios históricos de la calle mayor. Sin embargo....nada queda, de lo que fue.

Por eso me gustaría que quien lea estas líneas entre al alcázar a verlo, a él.

Porque nos encontramos ante una casa de armería protegida por dos altas y robustas torres, siendo el cuerpo central más antiguo si nos fijamos en las ventanas de los torreones que son geminales mientras que las otras, pues no lo son.

Si nos vamos al Catastro del Marqués de la ensenada podemos leer: "Lo primero dos torres alcázares de considerable altura con su casa torre en medio de ellas, más baja, entrelazados unos con otros".

El alcázar tiene dos puertas, una al oeste de 3,30ms de anchura, varias saeteras a muy poca altura del suelo la protegen. Ocupa el centro de la construcción y sobre ella hay un balcón. (O lo había). Se conservan (?¿) parte de sus contrafuertes que la defendieron, a unos 3ms de distancia aproximadamente.

Los que descritos por Isidoro Gil han desaparecido, situándose en la parte este. el lienzo central de este lado está defendido por dos cubos, uno cuadrado y otro poligonal, empotrados en el parámetro, el hecho de que sea poligonal se debe a que está recorrido por una escalera de caracol abrazada por cuatro saeteras.

En ambos lienzos podemos observar saeteras de manera asimétrica, algunas conservan vestigios de haber estado protegidas por rejas.

Pasando a los cubos, torres, que la protegen, podemos ver su robustez y austeridad, presente en todo el complejo, y que conservan las almenas en sus cuatro fachadas, sin barbacanas ni voladizos.

La parte superior de la casa comunicaba con las torres por dos ventanas protegidas por rejas, pero la dejadez en la que ha estado durante tantos años, hizo que la techumbre colapsara y con ello se perdiera parte de sus muros y de sus frisos interiores.

En cualquier caso y al alcance de vosotros están, hay varios inventarios de escrituras, armas y pertrechos que había en la casa, en los Archivos del duque de frías, del legajo 12 en adelante, desde 1432 hasta 1856.

Su distribución es sorprendente, fantástica, nos traslada, o trasladaría, al tiempo en el que fue construido y a su propósito.

Resumiendo: la zona central, se suponía el gran salón, divido en dos plantas esta zona, siendo la zona noble, gran salón alargado con chimenea, la qubba y sobre ella el archivo, mientras que la planta baja sería la zona de almacenamiento, la zona de servicio y donde se ubicaría el pozo. La qubba, se denomina a la zona noble de la torre sur, entendiéndose por esta palabra a la estructura centralizada cubierta por una techumbre ochavada de madera. Sería la morada de los Velasco y como hemos apuntado, donde estaría también ubicado el archivo, destruido por Pedro I y reorganizado por Pedro Fernández de Velasco. Mientras que el torreón norte sería el utilizado por la guardia y servidores, cuerpo de guardia, estancias del servicio y la cárcel., comunicándose por medio de la escalera de caracol.

Fuente imagen: Reconstrucción de M. Sobrino.
Si volvemos al Catastro del Marqués de la Ensenada, leemos: "Tienen una y otras cuartos altos y bajos, aunque su habitación interior se halla sumamente arruinada, con un pozo de bastante caudal de agua y caballerizas".
Es importante reseñar la fusión de elementos castellanos y andalusís en su interior, como el friso mudéjar del salón, lo que queda de él porque...desaparecido no está, eso es vox populí, pero el tema de los expolios lo dejaré para otro post, que es más interesante, al igual que las yeserías de la planta noble que están parcialmente conservadas. Decir que se supone estaba rodeado por un foso, si miráis al suelo, a la entrada, vereis que las losetas del suelo son de diferente color, no, no es que se les acabaran y pusieran así al tun tún, esa diferencia de colores tiene su por què, y, además, estaba decorado por los escudos de los Sarmientos, el matrimonio constructor....
Así que queridos ruralitas y urbanitas, la próxima vez que os acerquéis a este pedazo monumento salvado de la ruina, mirarlo con otros ojos, fijaros en lo que aún pude quedar e imaginaros cómo era la vida en él.
Y recordad: las piedras hablan.
PD. Sería interesante saber el uso del jardín.


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